que
provocas en mí este aleteo
de
velas encendidas
este
ardor en la piel
que
secuestra mis neuronas
y va
abrasando mis valles
quemando
mis bosques
desvistiéndome
entera
para
alcanzarte
y
bailar danzas de fuego
quién
soy
que no
duermo ni vivo
ni como
ni pienso
sino en
ti
y en mi
deseo de habitarte
y que
me habites
de sur
a norte
sin
perdernos detalles
torciendo
en las esquinas
saboreándolo
todo
L.C.
L.C.
No saber a quien deseas y descubrirte desconocida en esa pasión... https://fragmentsdevida.wordpress.com/2015/05/18/poemas-de-amor-versos-humedos-xxiii/
ResponderEliminarLo importante, querido Javier, es no dejar de desear. El deseo nos mantiene vivos. Gracias por pasarte por aquí.
ResponderEliminar