De la antología "Amor se escribe sin sangre", Ed. Lastura, 2015.
He sabido del dolor de las mujeres del Congo,
de su impotencia en la noche africana
cuando el horizonte arrulla la vida
y la familia es remanso que el alma acomoda.
Entonces aparecen ellos
y penetran sus cuerpos de ébano
y cabalgan como dioses malditos sobre sus prietas carnes
sembrando semillas negras en campos de batalla.
Matan al marido, incendian la aldea,
se las llevan lejos como mercancía
y a golpes y a gritos invaden su sexo,
las marcan por dentro, por fuera, por siempre.
Y si alguna clama que al fin la asesinen
por si algo quedara de la dignidad perdida,
no se les concede, están condenadas
con sentencia firme a vagar errantes,
esclavas sexuales, locas de deshonra
que arrastran sus huesos y sus cicatrices
y son despreciadas por su propia gente.
Cuando en la mañana miro el mar azul
que tanto nos une y tanto separa,
digo para adentro, digo muy callada:
¿tú que haces por ellas? Me respondo: nada.
L.C.
Hay hogares que son campos de batalla donde lasd víctimas son siempre las msimaqs... https://fragmentsdevida.wordpress.com/2015/04/01/la-vida-y-la-muerte-38-violencia-genero-poemas-de-luz-cassino-y-javier-sole/
ResponderEliminarGracias por difundir y por pasarte por aquí, Javier. Un abrazo.
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