se acomoda insolente a tu almohada.
Y es barca y es sirena reflejada
en un rincón de tu hombro,
perdida entre tus pliegues y detalles
-¡qué más me da que calles!-
igual trepo a tu nuca y yo te nombro.
Soy mar azul y asombro,
soy gata y soy pantera
y transito tu cuerpo… pasajera.
L.C.
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